Testimonios

Mi experiencia con las meditaciones en grupo a través de zoom

 Buenas tardes hermanos en el Dhamma

Les escribo para dar fe de lo beneficioso que ha sido para mí seguir en forma metódica este sistema de meditación online durante esta difícil situación.

Yo soy venezolana y desde hace unos 10 meses estoy viviendo en México. Tenía previsto pasar una buena temporada en el centro de meditación de este país, sirviendo y meditando, pero este plan se vino al suelo con la pandemia. Mi centro de referencia siempre ha sido Dhamma Venuvana en Venezuela y siempre trataba de armonizar mis meditaciones con el horario de ese centro, pero no existía compromiso ni disciplina al respecto.

 La propuesta de meditar vía Zoom, la acogí con gran entusiasmo desde el primer día, siendo puntual en la meditación de la mañana y en la de la tarde

(rara vez he faltado a una de ellas), también he participado varias veces en las  jornadas de meditación de los sábados, y he atendido las sesiones de preguntas y respuestas; o sea, he asumido el compromiso diario con el grupo, sintiéndome parte de un proceso que es para el beneficio de todos. Cuando me siento a meditar, lo hago con la misma disciplina que observo en la sala de meditación y trato de cumplir con la firme determinación de permanecer en quietud total durante esa hora. Toda esta serie de pequeños compromisos que estoy cumpliendo conmigo misma mediante la meditación diaria, me ha llevado a desglosar esta situación de cuarentena como un conjunto de pequeños compromisos con los cuales hay que cumplir para que las cosas fluyan y sean buenas para todos y buenas para  mí.

Estas meditaciones colectivas han sido para mí (copiando al maestro Goenka), un auténtico salvavidas para navegar en este océano de desventuras en que de repente se convirtió el diario vivir.

Por todo esto agradezco infinitamente el día en el que la vida me puso en contacto con la gran familia Vipassana y agradezco que, a través de todos estos años, al igual que en este momento, haya contado con tanto apoyo y tanta generosidad.

Le doy gracias infinitas al equipo de meditación en línea, a todos los maravillosos profesores que nos acompañan en las horas de meditación y en las jornadas de preguntas y respuestas, a todos los compañeros-hermanos de camino que me acompañan y fortalecen en mis meditaciones, y gentilmente me doy gracias yo misma por tener la voluntad de asumir el compromiso de ser parte de este proceso de sanación global del universo. para que pronto podamos encontrarnos y asistir a nuestros amados centros de meditación.

Metta infinito y bendiciones

Eudilis Lunes 13 de julio 2020, 18:45h

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Gracias por la posibilidad de agradecer los beneficios de la meditación diaria en esta cuarentena, por distintas razones más por falta de tiempo no estaba meditando a diario. Con el tiempo libre que nos dio la cuarentena, pude recobrar mi meditación diaria. Inmediatamente advertí los cambios en mi persona, pero quienes más sintieron los cambios fueron mis familiares; nuevamente estoy  más calmado y, a pesar de  toda la crisis exterior, se me quitaron los temores. Ya he retomado mi vida diaria, sigo meditando a diario, levantándome más temprano, me siento muy bien y, a pesar de que tomo los cuidados necesarios salgo a trabajar con confianza y mucha seguridad. Agradezco el ser VIPASSANA.

Con mucha METTA

Estevan

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Hola, en estos tiempos de cuarentena han sido de mucha ayuda las meditaciones en grupo online. Tuve el privilegio de que, finalizando un seminario de veinte días como servidora, entré en contacto con los compañeros de Dhamma registro para repasar y actualizar la base de solicitudes y registros de los cursos.

Fue de mucho provecho en la actualización y avance en la formación como servidora de Dhamma registro. Luego comenzaron los cursos de un día y de grupo online vía zoom. Esta herramienta me ha permitido mantener la práctica en grupo, lo que es muy importante en el logro de meditaciones más provechosas.

Las sesiones de preguntas después de las meditaciones en grupo permiten arrojar más luz en cuanto a las dudas o desconocimiento en determinados temas. En fin, ha sido práctico meditar en casa utilizando estos recursos, simplificando el acceso a las meditaciones en grupo o de un día, sin exponerse al problema de transporte, pasajes, clima, inseguridad por la pandemia o los atracos.  También la alternativa de escoger el horario más adecuado a nuestras circunstancias.

No hay duda de que el Dhamma fluye más, gracias al trabajo y dedicación de los servidores que nos han hecho llegar este maravilloso regalo. Bhavatu sabba mangalam.

Tengo dos computadores en casa y esto me permitió facilitarlo a otra compañera a quien la pandemia no le permitió llegar a su casa. Así logró incorporarse a estos cursos online desde mi casa en su computador. Así que, aquellos que puedan hacer lo mismo, los invito a ayudar a aquellos que vivan cerca de sus casas y con bioseguridad requerida puedan extender este servicio.

Esta ha sido mi maravillosa experiencia, con mucho que contar, pero habiendo narrado lo necesario me despido de ustedes.

 Muy agradecida a ustedes y al Dhamma. Atentamente,

Zulay B. Bittar E.

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Al inicio de la pandemia me sentí perdida, con un miedo y con una sensación de vulnerabilidad muy grande, experimentando al mismo tiempo impotencia y frustración por no poder cambiar esta situación.

Observé mi miedo a la muerte y a morir en soledad, así como también observé mi rabia, enojo y tristeza guardadas en partes muy profundas de mi cuerpo y mi alma, las cuales a veces surgían “sin motivo”. En estos tiempos acudí a terapias psicológicas virtuales, discutí con mi pareja culpándolo en cierta manera de mi estado emocional, hablé con mis padres a la larga distancia preocupada por ellos y su salud, pero en realidad estaba asustada por mi salud y por ver más claramente mi impermanencia.

Entonces comencé a recordar la meditación Vipassana, a partir de los correos electrónicos que empecé a recibir del centro Dhamma Makaranda ubicado en México, donde he realizado dos cursos de 10 días de silencio y una estancia como servidora. Hago referencia a la palabra recordar, porque alguna vez escuché que el origen de esta palabra viene del latín “Recordari”, formado de “re” que significa “de nuevo”  y “cordis” que significa “corazón”, entonces recordar es volver a pasar por el corazón, y justo esto fue lo que me sucedió: volví a pasar por el corazón y conectar con la meditación Vipassana, la cual había dejado depracticar por un año aproximadamente.

Este acercamiento ha sido espléndido y a la vez he re-encontrado en la meditación Vipassana un espacio en el cual puedo observar con mayor claridad la impermanencia y las sensaciones que surgen y desaparecen en mi cuerpo. He fortalecido nuevamente a la observadora que está a dentro de mí. Las meditaciones virtuales han sido muy poderosas para mí, me siento acompañada por cientos de personas de otras latitudes meditando todas y observando nuestros sankharas en tiempos de pandemia.

Estoy muy agradecida por esta iniciativa que tomaron, de continuar con las meditaciones no presenciales-virtuales ante este cambio global que está aconteciendo, pues para mí este acto meditativo  grupal virtual es una prueba de que formamos parte de la misma consciencia humana, sin importar mucho en dónde nos encontramos físicamente; es posible seguir fortaleciendo nuestras prácticas colectivamente a la distancia y sumando más metta para los demás seres del universo.

Les comparto este testimonio sintiendo en este momento mucha gratitud.

Cinthia Pacheco San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

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Un amigo me dice: sirve la meditación? Le respondo que no es que sirva o no, lo que de verdad yo experimento es ARMONÍA PARA EL DÍA, me ha ayudado tanto estos meses, y no es que viva en cuarentena porque he estado ajena al Covid. En realidad, esta pandemia me ha traído más beneficios que perjuicios, el mejor ejemplo son las meditaciones online y que podamos escuchar a Goenka han sido un verdadero regalo. Creo que sola no lo hubiese logrado, luego de hacer en diciembre un curso de diez días, yo salí proponiéndome meditar a diario, pero nunca supe cómo llevarlo a cabo, lo intenté, pero no lograba la concentración y al poco tiempo lo dejé… cuando supe que se meditaba online, al principio no me pareció muy adecuado, mis prejuicios se hicieron presentes, pero cuando la primera vez lo hice a las 7am y escuché a Goenka, me emocioné. Desde ese día, trato de hacerlo a diario; lo he dejado algunas semanas y vuelvo, se ha transformado en una necesidad, en una hermosa rutina, estoy muy muy agradecida con toda la organización!

bendiciones

Gigliola Valeria

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