El Buda dijo que la base de toda la caminata hacia la purificación de nuestras mentes era la virtud y eso para mí queda cada día más claro. Sin embargo, para que podamos estar más atentos con nuestra sīla, es necesario que estemos desarrollados en samadhi, pues sin atención (concentración), dejamos pasar muchas cosas que por automatismo hace que sigamos los viejos hábitos impuros.
Según las escrituras, existen diferentes niveles de virtud, pues existen diferentes niveles de concentración y diferentes niveles de sabiduría, pero todos se auxilian mutuamente. Siento que a menudo fracaso en mi virtud por no tener una buena concentración, pero sé que la virtud es la base de una concentración… entonces, ¿cómo hacer? Como soy un principiante en el camino, busco dedicarme a observarme con bastante atención y eso se desarrolla cada día según sigo meditando con empeño y fe en la técnica de Vipassana.
Hemos visto con frecuencia los descubrimientos de corrupción que asolan nuestro país y el mundo. Me parece que una purificación planetaria se encuentra en pleno curso y las dolorosas experiencias que vivimos como nación son el anuncio de un mundo más correcto y virtuoso que comienza a nacer. Sin embargo, sea cual sea el tiempo que la humanidad llevará para establecerse en la virtud, a mí no cabe duda de que la meditación es la mejor de todas las herramientas para que esa transformación se dé con más fuerza y ritmo, pues apenas cuando comenzamos A mirar dentro de nosotros mismos, conseguimos percibir los tortuosos caminos a los que la falta de conciencia nos guía. La palabra conciencia es bien clara cuando dice que es necesario tener conciencia de nuestros pensamientos, palabras y acciones y, para que eso suceda, llegamos nuevamente al punto donde desarrollarse en la habilidad de concentrarse se hace esencial para ese desarrollo.
Como nos dejó Buda Gautama y por nuestra propia observación, la relación mente materia nos trae la rica herramienta de las sensaciones como una “bocina” interior que nos puede guiar hacia una vida más virtuosa a medida que nos desenvolvemos en la percepción de las mismas. Vipassana se difunde por el mundo con tremenda velocidad y creo que será con esa misma velocidad que el mundo se establecerá en la virtud.
Mientras tanto, sigamos desarrollándonos en el camino con compasión a nuestras fallas y de nuestros hermanos.
Un estudiante antiguo de Vipassana