El siguiente texto es la traducción condensada de una charla de Sayagyi U Ba Khin. El discurso original, en birmano, fue dirigido a los estudiantes de Vipassana durante un curso.
Debes tener mucho cuidado. Debes permanecer firme y enfrentar muchas dificultades, de modo que puedas conocer el verdadero anicca (impermanencia) en tu propia experiencia. Debes trabajar arduamente, es por ello que te lo recordamos una y otra vez. Las dificultades llegan en esta etapa del curso. En el tiempo de nuestro gran benefactor, Saya Thetgyi, los estudiantes experimentaban variadas dificultades en la meditación, como no ser capaces de sentir el objeto de atención en lo absoluto. Cuando se les pedía que pusieran su atención en la cima de su cabeza, no podían sentir nada. Durante anapana no podían sentir el área alrededor de las ventanas de la nariz. Algunos no podían sentir su respiración mientras se encontraban respirando. Otros decían que no podían sentir sus cuerpos. Mientras estés aquí, también te ocurrirán este tipo de cosas. Algunas veces no podrás sentir las sensaciones ni podrás mantener tu atención.
Algunos piensan que han alcanzado el nibbana (la realidad última) cuando no pueden sentir su cuerpo. Si no puedes sentir la presencia de tu cuerpo, simplemente dale un golpe con tu mano y observa. No hay necesidad de preguntarle al Profesor al respecto. Sabrás si tu cuerpo está allí o no. Estas inseguridades son bastante desconcertantes, ¿Verdad?
La naturaleza de vipallasa (distorsión mental, corrupción) te confunde. Éstas son contaminaciones indeseables escondidas en el interior de las personas. Están presentes en cada uno de nosotros. Cuando existe la comprensión de anicca las contaminaciones tienen que irse; pero ellas no quieren hacerlo, lo que ellas quieren en cambio, es que sea esta comprensión la que se vaya. La naturaleza nibbanica de anicca es muy potente, por lo que Mara (las fuerzas negativas) lucha contra ella. El Padhana Sutta describe los diez soldados de Mara. Debemos ser muy cuidadosos con estos diez soldados, ya que son los destructores de la meditación.
El primer soldado de Mara es el deseo de disfrutar placeres sensoriales
Algunas personas han venido a meditar, pero no a alcanzar el nibbana en absoluto. Vienen con segundas intenciones tales como, “Si me vuelvo cercano a Sayagyi, que conoce a tantas personas en altos cargos, tal vez pueda conseguir un ascenso en mi trabajo”. Existen algunas personas así. Vienen con codicia en sus corazones. Estas personas no pueden tener éxito en su meditación. No debe haber codicia. Cuando solicitaste la técnica de Vipassana dijiste: “Nibbanassa sacchikaraoatthaya”: “Con el objetivo de alcanzar el nibbana…”. Yo te enseñaré a comprender las Cuatro Nobles Verdades, pero si no estás interesado, y no estás dispuesto a dedicarle tiempo ¿qué puedo hacer?
El segundo soldado de Mara es la reticencia a residir o a estar contento en un lugar tranquilo como por ejemplo en una morada en el bosque
Ayer alguien planeaba huir. Se levantó muy temprano y empacó sus pertenencias. Planeaba sentarse con todos ustedes a las siete y media, y luego partir mientras yo estuviera haciendo las entrevistas de las ocho con los estudiantes. Pensaba salir corriendo como un loco, tomar un bus y llegar a su casa. Pensaba recoger sus maletas en otro momento. Afortunadamente, no sé por qué, impartí la hora de adhitthana (firme determinación) más temprano, y él tuvo que sentarse esa hora. Allí estaba, ¡atrapado! Después de la hora de adhitthana, Mara lo dejó, y el estudiante ya no quiere marcharse.
Cuando surge la reticencia a residir en un lugar tranquilo, la persona desea irse y escapar. Puede que nos informe que desea partir, o puede simplemente marcharse en silencio. El segundo soldado no quiere permanecer en un lugar tranquilo y apartado, debido a la agitación interior.
El tercer soldado de Mara es el hambre, no estar satisfecho con la comida
¿Tienes hambre ahora? Sao Shwe Theik era un estudiante de los verdaderamente hambrientos. Vino con cajas llenas de comida. Dijo que no podía quedarse sin comer, así que le dije, “En ese caso, puedes comer, pero inténtalo por uno, dos o tres días y juzga por ti mismo.” Tuve que tratarlo con delicadeza y persuadirlo; pero de todos modos, no pasó hambre en absoluto durante los diez días.
Myanma Alin U Tin dijo que después de tres días comiendo sólo dos veces al día, se sentiría débil y tembloroso, y que jamás en toda su vida lo había intentado por más de tres días seguidos. Me pidió permiso para comer por las tardes y yo le dije, “por supuesto, si es necesario.” Cuando llegó, meditó el primer día, el segundo día y los restantes, y no pasó hambre. Uno no siente hambre si la meditación está progresando, sino cuando la meditación no está yendo bien. Algo adentro está haciéndolo sentirse hambriento. Entonces no puede controlar el hambre. Pero una vez que el meditador está establecido en la meditación, no vuelve a sentir hambre otra vez.
El cuarto soldado de Mara es la avidez por diferentes sabores y comidas
No has comido curry de pollo por algún tiempo, ¿quieres comer un kebab? Entonces, ¡no puedes quedarte! Aquí no se sirve pollo pero ofrecemos la mejor comida que podemos. Es por ello que aquí se trabaja tan duro para preparar la comida, con el objeto de que todos puedan disfrutarla y comer bien.
¿Qué ocurre cuando se come una comida muy sabrosa, deliciosa? ¿No estimula acaso esto aún más avidez por comida? ¿Es posible comer sin ninguna apreciación del sabor de la comida? …Sólo un arahant (persona totalmente liberada) puede hacer esto. ¿No fue acaso el propósito de venir aquí, a este curso, el erradicar los kilesa (impurezas mentales), erradicar tanha (avidez)? Si mantienes tus ojos cerrados no puedes ver nada, por lo que no generas avidez o apego por objetos visuales. Lo mismo ocurre con lo que se oye. Aquí no hay nadie que esté tocando canciones de May Shin con un reproductor de casetes o una radio. No tienes que escucharlas. Ocurre lo mismo con el olor. Aquí nadie se pasea usando perfumes, por lo que no tiene por qué haber avidez o apego a ningún olor. Aquí no hay nada que pueda hacerte sentir sensaciones corporales placenteras. Pero la lengua, ¿puede eludir el sabor? Sólo si no comes, y en ese caso un doctor tendría que inyectarte glucosa para tu sustento. El sabor tiene lugar cuando la comida entra en contacto con la lengua. Si comes alimentos menos apetitosos, entonces la avidez y el apego por el sabor se reducirán.
Ya que has venido aquí a erradicar tus contaminaciones de avidez, debemos ayudarte proveyendo el mejor ambiente para que éstas no aumenten, ¿No es cierto? Estás intentando aniquilarlas. No queremos erradicar la avidez por un lado, e incrementarla con comida por otro. No proveemos cena por la tarde. Haciendo esto, tenemos mucho menos que hacer. Es mejor para nosotros y también mejor para ti, porque es seguro que te volverás somnoliento si comes por la tarde. Así es que puedes pasar sin cena. Si comes bien por la mañana y durante el almuerzo, esas dos comidas proveerán lo suficiente para los requerimientos de tu cuerpo.
El quinto soldado de Mara es la modorra, la pereza y el letargo
Puedes entender esto. Inclusive Maha Moggallana (uno de los principales discípulos del Buddha) lo padeció. Algunos de ustedes pueden quedarse dormidos mientras meditan sentados. Cuando solía ir a mis retiros de meditación, había un hombre anciano que me acompañaba. Nos sentábamos en la sala de meditación del centro de Saya Thetgyi, y el anciano se ubicaba detrás de mí, vistiendo un gran manto de yogui. Después de unos minutos, comenzaba a roncar muy fuerte. Normalmente no hay mucha gente que pueda sentarse y roncar, pero hay muchos meditadores que sí pueden hacer esto ¡Sentarse, roncar y luego despertar! A esto se le llama thina-middha (pereza y letargo). Thina-middha no puede evitarse. Cuando la visión cabal y la sabiduría se agudizan, se siente la pacífica naturaleza del nibbana; y cuando las naturalezas beneficiosas y perjudiciales chocan, ocurre una reacción y produce calor. Entonces la persona se siente amodorrada y somnolienta.
Si de vez en cuando te sientes amodorrado, tan sólo respira un poco más fuerte; has perdido tu samadhi (concentración). Es una patada interna. Tu samadhi se ha ido. Si pierdes tu samadhi, enfoca nuevamente tu atención en las ventanas de la nariz, respira más fuerte e intenta calmarte. Algunas veces cuando aniccavijja (sabiduría de la impermanencia) se fortalece, experimentas el encuentro de la experiencia física y mental en tu cuerpo, y tu percepción intuitiva se hace más aguda y muy intensa. Entonces, hay un golpe muy fuerte desde el interior, pierdes la comprensión de anicca y te desorientas. No puedes entender qué ha sucedido, y acudes a preguntarle al maestro. Si esto te ocurre repentinamente, hay dos formas de hacerle frente. Un método es intentar trabajar por restablecerte en samadhi, como ya mencioné anteriormente. O puedes salir afuera, despertarte y la reacción pasará. Cuando ocurra esta reacción no te vayas a dormir. Te estoy dando métodos, que son muy importantes desde el punto de vista práctico, con los que puedes hacerle frente. La somnolencia siempre ocurre cuando los sankharas (impurezas) suben a la superficie. Entonces debemos aplicar anicca con firmeza. Recurrir a anicca no debe ser sólo “de la boca para afuera”. Debe ser el conocimiento real de la naturaleza cambiante del cuerpo con conciencia de las sensaciones. Si practicas de esta forma, lo superarás y triunfarás.
El sexto soldado de Mara es no desear estar solo y sentir temor al aislamiento
Algunos no pueden sentarse en una habitación y siempre están cambiándose, buscando compañía y sintiéndose asustados cuando están a solas. Win Min Tham estaba entre aquellas personas que temían a la soledad. Su casa era muy grande, pero ella no se atrevía a estar sola en ninguna habitación; necesitaba a alguien acompañándola todo el tiempo. Vino aquí a meditar y trajo consigo a su empleada doméstica. Me pidió permiso para dejar las luces encendidas cuando meditara en su habitación, así que se lo permití. Y no sólo eso, alguien tenía que sentarse muy cerca de ella mientras meditaba. No se atrevía a estar sola. Cuando estaba a solas sentía oleadas de calor por todo el cuerpo. Luego de quedarse por un curso mejoró un poco. Después del curso siguiente, ya se sentaba sola en la pequeña celda en la oscuridad. Vino por diez días cada mes con regularidad y se benefició mucho por ello. De entre los asustadizos, ella era la primera, pero su miedo ahora ya se ha ido. ¿No es maravilloso?
El séptimo soldado de Mara es la duda sobre si uno puede tener éxito en la meditación
Yo supongo que esto es verdad para todos, preguntarse si su meditación será exitosa o no. (Esa chica se está riendo). Tú puedes tener éxito. Lo importante es deshacerse de akusala (condicionamientos perjudiciales), y de los kilesa (contaminaciones mentales) incrustados en nosotros. Eso es lo importante.
El octavo soldado de Mara es volverse orgulloso y arrogante cuando la meditación es exitosa
Cuando la meditación mejora, uno puede sentirlo en el interior. Las contaminaciones se hacen más ligeras y uno tiende a volverse presumido y arrogante, y a pensar “Ese fulano parece no estar haciéndolo muy bien. Será mejor que lo ayude”. Estoy diciendo esto desde mi propia experiencia. Mucho tiempo atrás, por ejemplo, cuando comencé con este centro de meditación, en ese entonces no teníamos salón del Dhamma. Había una cabaña de unos cuatro metros cuadrados que ya estaba aquí cuando compramos el terreno. Un día U Hla Maung salió después de la meditación de la mañana y dijo, “Miren”. Y se levantó el longyi mostrando pequeños eczemas que se expandían por sus muslos y piernas, como la piel de un pato desplumado. La patada interna había sido tan fuerte que todos esos eczemas habían aparecido. Se arremangó el longyi y nos lo mostró diciendo, “Por favor miren. Observen cuán fuerte ha sido la patada interna. Por favor, ustedes también inténtenlo arduamente, inténtenlo arduamente”.
Es por eso que les estoy diciendo que no sermoneen. Si hay algo que quieran preguntar, pregúntenmelo a mí. Si hay algo que quieran decir, díganmelo a mí. Cuando U Hla Maung nos sermoneó, había ego en ello, el “yo” estaba allí, “Yo lo estoy haciendo bien. Estas personas parecen no estar logrando nada”. Él jugaba muy bien al fútbol, tenía muy mal carácter, siempre listo para el golpe, el ataque y el puñetazo. Cuando una persona de muy mal temperamento, con mucho calor interno, sufre una patada interior, se manifiesta en la superficie del cuerpo. Al día siguiente U Hla Maung no pudo meditar. No podía sentir ninguna sensación y tuvo que acudir a Sayagyi en busca de orientación.
Les estoy hablando de otras personas porque deseo referirme a la naturaleza de las cosas. Si progresan en su práctica, tan sólo permanezcan en silencio y procedan con su propia meditación.
El noveno soldado de Mara se refiere al maestro y dice relación con hacerse reconocido, recibiendo muchos regalos, ganando mucho respeto y homenaje
Yo recibo muchos homenajes y ofrendas. Tengo que controlarme para no volverme presuntuoso. Miren todo esto ¿No es esto acaso como para volverse presuntuoso? Tengo que vigilarme. Nosotros comenzamos este trabajo aquí para las personas de la oficina de la Auditoría General, de tal manera que pudiesen meditar en su tiempo libre, pero ahora hay muy pocos de ellos aquí. No comenzamos esto conforme al dinero, sino conforme al Dhamma. Cualquier empleado de la oficina que medita por diez días se convierte en miembro. La cuota de admisión es meditar por diez días. ¿No es esto bueno? No necesitas pagar ni un centavo para suscribirte. Tan sólo meditar continuamente, cuidar de tu práctica, no perderla. Empezamos desde ahí y miren dónde hemos llegado. El dinero no hubiese podido hacerlo. Fue el Dhamma el que lo hizo. Esto es lo que creemos y de todos modos no poseemos dinero alguno.
Este centro no me pertenece. U Ba Khin no debe volverse presuntuoso diciendo, “Éste es el centro de U Ba Khin”. No soy dueño de él. Pertenece a la Asociación Vipassana de la oficina de la Auditoría General. Tendría que irme si me despidieran. ¡Miren, qué bien! No es de mi propiedad. Tengo que ser reelegido cada año. Sólo si me reeligen estaré aquí. Si ellos dicen que han encontrado a alguien mejor que yo y escogen a esa persona, esto se terminó para mí. O yo podría no gustarles a algunos miembros del comité, podrían decir que hablo demasiado y elegir a otro. Entonces tendría que irme. Yo no soy dueño de este lugar.
El décimo soldado de Mara es seguir un falso Dhamma, crear un Dhamma nuevo y especial, con el objetivo de recibir abundantes ofrendas, elogiándose uno mismo y desestimando a los demás
Es por esto que no quiero decir demasiado sobre los demás. Dejemos que los demás hablen de nosotros como les plazca, ¿no es esto correcto? Algunos maestros desarrollan apego al hecho de recibir ofrendas. Y entonces, para conseguir más estudiantes, les enseñan lo que a ellos les gusta, falsas enseñanzas, enseñanzas que no son las enseñanzas de Buddha, simplemente porque desean la reverencia y las ofrendas. Dejan de trabajar en el Dhamma puro. Ése es el décimo soldado de Mara.
El Dhamma disuelve las penas y las desdichas, proporcionando felicidad. ¿Quién nos da esta felicidad? No nos la da el Buddha, es el aniccavijja (sabiduría de la impermanencia) en tu interior quien la proporciona. Debemos practicar Vipassana de manera tal que el aniccavijja no se detenga ni desaparezca. ¿Cómo practicar? Enfoca tu atención en los cuatro elementos, en calma, cultivando samadhi y no permitiendo que se rompa el sila (preceptos morales). Decir mentiras es, de entre los preceptos, el que más me preocupa. No temo al resto de ellos. Porque al mentir, la base del s2la se debilita. Cuando el sila es débil, el samadhi se debilita y entonces pañña (sabiduría) también se debilitará. Habla con la verdad, trabaja regularmente, fortalece el samadhi y pon atención a lo que está ocurriendo en tu cuerpo; entonces la naturaleza de anicca surgirá naturalmente.
Nuestro benefactor Saya Thetgyi dijo, “Muy rápido, vibrando incesantemente, agitado, diseccionado, ardiente, la destrucción del cuerpo; éstos son los signos de la impermanencia”. Es el cuerpo el que está cambiando. El pensamiento que conoce que rupa (materia) está cambiando es nama (mente). Cuando rupa cambia y desparece, el nama que ha percibido el cambio-y- desaparición de rupa, también cambia y desaparece. Ambos, rupa y nama, son anicca. Mantén esto en mente, sé conciente de ello.
Enfoca tu atención en la cima de la cabeza, y muévete hacia abajo por todo el cuerpo: desde la cima de la cabeza a la frente y luego al rostro, desde el rostro al cuello, del cuello a los hombros, desde los hombros hacia las manos. Donde sea que la mente vaya puede ser como tocar con una pequeña antorcha, sintiendo el calor donde quiera que la antorcha toque, donde quiera que la mente vaya. ¿Por qué? Porque hay ardor y aniquilación ocurriendo dentro; es la naturaleza innata de la combustión de las unidades atómicas en el interior. Esto está presente de manera muy clara. Aprende a ser sensible a ello de tal forma que puedas sentirlo. Inténtalo con una mente atenta y lo sabrás.
Cuando se practica la meditación y uno se vuelve atento y observa con el conocimiento de la Vipassana, las impurezas, los perjudiciales samudaya akusala (impurezas surgidas) ya no pueden permanecer por más tiempo. Tienen que irse gradualmente y cuando todos se han ido, la persona se torna controlada, estable, y capacitada para vivir bien.
¿Durante cuánto tiempo tendrá uno que trabajar? Hasta que todos los inmensurables, incontables akusala kamma (acciones perjudiciales) antiguos, acumulados durante el propio viaje a través del samsara (ciclo de renacimientos), sean erradicados mediante la observación de la naturaleza de anicca. Entonces uno se convierte en un sotapanna (aquel que ha alcanzado el primer estado de santidad, que ha experimentado el nibbana), en un ariyapuggala (persona noble). Esto no se puede conseguir fácilmente.
Alcanzar el nibbana final, en el que todos los sankharas son abolidos, está muy lejos, pero ¿no quisieras intentarlo y experimentar por ti mismo el nibbana menor? Si sólo pudiese experimentarse después de la muerte, estos estudiantes extranjeros jamás practicarían esta meditación. Ellos han probado un poco, les ha gustado y han seguido viniendo desde cerca y desde muy lejos. Envían a sus amigos y conocidos, que también vienen desde lejos. ¿Por qué? Porque ellos han probado el sabor del Dhamma.
Es importante que haya un maestro que ayude a los estudiantes a probar el sabor del Dhamma. Pero los estudiantes deben trabajar para poder experimentarlo. ¿Cómo se llama este sabor? Se llama dhamma rasam. “Sabba rasam dhamma rasam jinati”: de entre todos los sabores, el sabor del Dhamma es el más noble, el mejor.
Debes intentar trabajar arduamente para obtener ese sabor. Tal como un monarca humano goza de los placeres humanos, el monarca deva (ser celestial) goza de los placeres deva y brahma (el ser celestial superior) goza de los placeres brahma; del mismo modo los nobles ariyas (personas santas) tales como el Buddha y los arahants pueden también gozar del sabor del Dhamma que han obtenido. Debes intentarlo arduamente hasta que tú también puedas probar este sabor; pero por favor no trabajes al extremo, sin moderación. Intenta trabajar conforme al horario que te hemos dado, trabaja en el tiempo apropiado, al máximo, con gran cuidado y esfuerzo.
Fonte: Vipassana Research Institute
Dhamma Giri, Igatpuri 422 403
Título Original en Inglés: The Ten Soldiers of Mara
Primera Edición Electrónica en Español: 2008