Acabo de terminar de servir un curso de 10 días en Dhamma Joti, Myanmar, un país que hace años atrás, antes de empezar a practicar Vipassana, apenas sabia que existía. Aún cuando he tenido la fortuna de dar servicio al Dhamma varias veces en diferentes países alrededor del mundo, esta vez fue de alguna manera distinto.
De partida era la única extranjera sirviendo y aunque había sido aceptada para servir, cuando finalmente llegué al centro en el día 0, me hicieron varias preguntas y luego me pidieron ver a la profesora y me dijeron que ella tomaría una decisión al respecto. Al parecer la mayoría de los extranjeros va a sentarse, por lo que probablemente querían asegurarse de que entendía lo que iba a hacer, sobre todo porque las pocas palabras que sabía en birmano eran hola y gracias, y a su vez, la mayoría de los servidores no hablaba inglés y menos español. Sin embargo esta barrera lingüística nunca fue un problema cuando necesitábamos comunicarnos y terminó siendo una gran ventaja para la práctica, ya que se me hizo más fácil poder practicar seriamente la noble palabra. También fue la primera vez que he servido y que no he puesto ni siquiera un pie en la cocina, ya que tienen un equipo de servidores de larga estancia que preparan, cocinan y limpian todo. Por lo que tuve más tiempo disponible y menos responsabilidades que otras veces, entonces decidí aprovechar esa situación e intentar mantener la conciencia de anicca lo más posible. Para cualquier tarea que tuviese que realizar, primero tomaría el tiempo de examinarme a mí misma y hacerla cuando tuviese la correcta volición. ¿Quién hubiese pensado cuánta alegría podemos experimentar al sacar la basura o rellenar las botellones de agua a lo largo del centro? Toda labor, sin importar lo simple o pequeña que fuera, fue tan gratificante, solo porque la volición era la apropiada; “la mente precede todo fenómeno”.
Estos 10 días han sido días maravillosos, sentí tanta metta en la atmósfera del centro y también por parte de las otras servidoras. Al mismo tiempo estaba tan agradecida de tener la oportunidad de estar en la tierra dorada, pagando mi deuda de gratitud por mantener la pureza de la técnica, en esta bella tierra del Dhamma.
Cada día en la noche después de practicar metta, teníamos la reunión con los profesores y a pesar de que no era capaz de entender lo que estaban hablando, sólo el hecho de estar ahí con ellos, viéndolos sonreír y reír, me hacia sentir tanta alegría, que simplemente me quedaba allí, observando las sensaciones que surgían y compartiendo con ellos esos sentimientos de amor y felicidad. En esos momentos también recordaba a todos aquellos amigos y familia del Dhamma que he conocido a través del mundo. De algún modo sentía que estaban allí conmigo, compartiendo esos sentimientos y a su vez recibiendo los méritos, o al menos esa era mi volición. Una vez mas me encontré asombrada de como el Dhamma funciona, sin importar que cultura, creencias, costumbres o pasados las personas puedan tener. He descubierto por mi propia experiencia y también por la de tantos otros, lo universal que es el Dhamma; quien sea que lo practique, está destinado a recibir los beneficios.
Mirando la pureza en los ojos de mis compañeras de servicio, me encontré nuevamente haciendo un fuerte compromiso de seguir caminando en este noble sendero, sin importar cuan largo o difícil pueda ser. Es bastante claro para mi lo afortunados que somos de estar vivos en esta época en la cual la enseñanzas del Buda están disponibles.
Que pueda pagar la deuda de gratitud de haber recibido esta preciosa gema viviendo una vida de Dhamma. Que pueda compartir con otros seres cualquier mérito que obtenga.
Paso a paso, sigo creciendo en Dhamma, desarrollando los paramis, no solo para mi propio beneficio, sino también para el beneficio de tantos otros.
Que vivamos una vida feliz y pacífica.
¨De cada poro emana gratitud,
No tengo manera de devolver mi deuda.
Vivir una vida de Dhamma
Y distribuir la felicidad del Dhamma entre aquellos que están sufriendo-
¡esta es la única manera!
S.N. Goenka.¨
Con gratitud y metta para todos aquellos que están caminando este maravilloso sendero. Sigamos haciendo girar la rueda!
Estudiante antigua de Chile,
Julio 2016.