Cruzar hacia Jambudipa

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Llevo ya casi 6 años viviendo en Nepal, he tenido la suerte de servir tanto aquí como en India y occidente. Es cierto, es mucho más beneficioso practicar el Dhamma tal y como el Buda lo enseña aunque se esté a miles de kilómetros de distancia, que estar tan cerca de él que se le puede tocar con los dedos y no practicarlo. Aún así, caminar por las mismas sendas por donde pasaron él y tantos otros, donde quedaron sus reliquias (sus huesos después de la cremación) y sus vibraciones, es un regalo para la práctica personal y para el propio camino hacia la liberación, ayuda a enriquecer la fe, la tierra del dhamma es siempre beneficiosa.

No sólo eso, pero también hoy se vive de forma similar a como se vivía hace 2.500 años. Se come similar, se viste similar… Para todos aquellos pensando en venir a este otro lado del mundo, aquí van algunos consejos con respecto a aquellos miedos que parecen comunes entre quienes se aventuran a cruzar hacia Jambudipa (como antiguamente se llamaba India: la isla de las manzanas):

La enfermedad
Todos hemos escuchado historias tenebrosas sobre las mil y una enfermedades contraídas por quienes vienen aquí. Estos son países donde hay lepra, polio, hepatitis, etc… Lo primero a tener en consideración: somos fruto de nuestros sankharas, cuando toca estar enfermo, toca, es difícil, es cierto, pero es una oportunidad para contemplar dukkha. Segundo, no soy médico, pero he visto cómo la medicina ayurvédica ha sido mucho más efectiva que las miles de pastillas que uno puede traer consigo, los gérmenes son distintos. Al final, la ecuanimidad, pienso, es la mejor medicina.

La ropa
En este país al cuerpo se lo cubre. Las nuevas generaciones son más relajadas al respecto, pero la verdad es que es sumamente beneficioso para la práctica. ¿Por qué querer despertar pasión en otro? ¿Por qué definirse ante los demás mediante el cuerpo? En los centros tenemos la oportunidad de ser monjes y monjas, no es necesario usar el hábito, somos laicos, pero ropa suelta que no sea llamativa como las kurtas, no le hacen mal a nadie, por el contrario.

El idioma
No toda la gente habla inglés, ni los de aquí ni los de allá. A veces uno no puede comunicarse y es difícil, se quiere dar a entender que uno está en lo correcto, por sobre la opinión del otro, esta es la oportunidad para mantener silencio y observarlo. Observar los pensamientos surgir y desaparecer en la mente, no hay uso de ellos, nada que hacer con ellos porque no hay a quien expresarlos.

La obstinación
Las cosas son distintas aquí, no son como en casa, ni como en los centros de occidente. Es húmedo, hace calor, la comida es distinta, a veces no es tan limpio como se quisiera, se administra todo de forma diferente y a uno le gustaría cambiar las cosas que no son como queremos. No se puede, se debe de ser respetuoso y no se puede tratar de imponer lo que se quiere por sobre los otros, se debe ser humilde y respetar la jerarquía, hay quienes llevan más tiempo sirviendo que uno y se les debe obedecer. Así como en los tiempos del Buda quien toma los hábitos primero tiene mayor antigüedad y por tanto se le respeta. Como decía Goenkaji: cuando no se está de acuerdo con algo, si creo que el otro está haciendo algo mal, primero me observo a mi mismo, ¿es sólo mi ego queriendo tener la razón? si no, me dirijo directamente al otro, una, dos, hasta tres veces, con metta, eso es todo. Es un pésimo hábito hablar sobre los demás tras sus espaldas, es la oportunidad para observar el cuarto precepto.

La comida
Que no me gusta, que no hay suficiente proteína o fibra, que es siempre lo mismo. El dhal bhat: arroz, legumbres y vegetales, es lo que se come aquí mañana y noche, todos los días. Nuestros hábitos alimenticios son un serio apego y esta es la oportunidad para salir de ellos, aceptando con humildad lo que otros han donado con tanta dificultad. Dana es el parami más fácil de desarrollar, dar comida a un meditador es entregar vida porque esa comida le permitirá nutrirse y por ende prolongar su vida y su tiempo para meditar, así de importante debemos de considerar lo que otros nos dan de comer. De la misma forma que el Buda, comemos lo que sea que recibimos.

Aquellos que tengan la oportunidad de venir pueden también visitar aquellos sitios claves en el desarrollo de la vida del Buda: Lumbini donde nació, Bodhgaya donde se iluminó, Sarnath donde comenzó a girar la rueda del Dhamma y Kushinagar donde falleció y ocurrió el paranibbana.

Así que comience su aventura primero que nada tomando refugio en el Buddha, el Dhamma y la Sangha. Y mientras recorre, hágalo en todo momento considerando dukkha, anicca y anatta. Entonces viajar sí vale la pena.

(este relato fue escrito por una estudiante antigua que vive en Nepal)

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